SATORI

SATORI

Pedro Fleitas González, Unryu

(Escrito en Junio del año 2015)

Hay un momento en el que las cosas pasan por el proceso natural de la aparición del satori. A veces la obtención del satori es como el momento del nacimiento de un bebé, es molesto, doloroso, el cuerpo y el alma se vuelcan hacia la búsqueda de una nueva vida, a veces necesitas oxitocina y a veces la epidural y otras (deberían ser las menos) te hacen cesáreas y a veces no necesitas nada pero el objetivo es obtener el premio de la vida y la conservación de la especie. La frecuencia energética  del óvulo y el espermatozoide en su encuentro se podría identificar con una explosión magna.

 

El satori lleva sacrificio y dolor. Dolor desde el alma hasta el último atisbo de nuestro cuerpo hasta que finalmente en un expiración aparece esa sensación que en cada ser es diferente pero que culmina con una sensación de bienestar al instante y que se puede reventar si nos obsesionamos en mantenerla por más tiempo del que necesita para aparecer y desaparecer haciéndose invisible.

 

Con las palabras de mi Maestro, el Dr. Masaaki Hatsumi me quedo: “Pedro el budo y el amatsu es lo mismo “

 

Su movimiento no existe pero al mismo posee los seis movimientos básicos (tierra, agua, fuego, aire, éter y conciencia), uno aparece y los otros desaparecen y así en un continuo fluir en cascada que aparece y desaparece. No importan tanto las técnicas cuando empiezas a comprender esto, importa tu sensibilidad ante los demás y ante ti mismo. Esos regalos que te hace la vida de tener personas que te consultan sobre su “dolor” y que te hace ver tu “propio dolor”, te revuelve las entrañas en busca de una respuesta a su dolor aunque finalmente encuentras un espejo que te muestra el tuyo.

 

Me voy a poner  una etiqueta en estas dos líneas: me considero un investigador, un buscador (a veces me pregunto de qué) pero mientras tanto me entretengo. A veces lo que encuentro me hace esconderme de mi mismo.

 

Cada movimiento sea en el tatami, en la camilla, en el futón, en la vida cotidiana es investigación. Las evidencias son el resultado de mi propia experiencia y las intento transmitir, si es que fuera necesario con un toque básico, esencial y falto de complejidad. No soy hombre de palabras enfoscadas, soy un nefasto conferenciante, solo se resumir, abreviar y buscar un fogonazo estruendoso para pasar la transmisión que me ha llegado.

 

Y como todo investigador, siempre esperas tener las herramientas esenciales para poder desarrollar tu investigación aunque sea personal y no es agradable decirles 10.000 veces a algunas personas que por favor dejen de pisar con sus actos mundanos y sus propios miedos tu vocación de búsqueda personal. Obviamente no te harán caso y lo harán 10.001 y de ahí la expresión “Ni 10.000 cambios te sorprenderán” ¿Y añadiría  y que hacemos con la 1 que sobra? Pues cambiar la expresión “Ni 10.001 cambios te sorprenderán”.

 

Después de conocer a Hatsumi Sensei todavía me pregunto cómo es posible afirmar que las emociones y el amor sigan identificándolo, únicamente, con las relaciones de pareja. Es como hacer que el arroz deje de ser integral para obtener un grano blanco más bonito a la vista pero menos nutritivo y puro en su esencia.

 

Deseo ir más allá y voy a ir más allá aunque 10.002 seres intenten evitarlo. En este caso la propia misión en el justo momento que se alínee mente y corazón tomará su identidad esencial.

 

 

 

***Satori: iluminación

***Budo: artes marciales

***Amatsu: forma de vida entregada por los kami y que engloba también una parte médica.