Adelantarse al pensamiento del ninja Mejor que avanzar, cambiar

 

Adelantarse al pensamiento del ninja Mejor que avanzar, cambiar

Muchas personas suelen decir que tras los numerosos avances de la medicina no hay motivo de preocupación. En el Japón

de los años anteriores a la guerra del Pacífico, el índice de mortalidad por tuberculosis era extremadamente alto, afortunadamente en la actualidad, la situación ha cambiado completamente y sin duda, no serán pocas las personas que se hallan forjado una ilusión pensando que dicho resultado se debe a los logros de la medicina. En lugar de aquella terrible enfermedad otras nuevas como el cáncer, han hecho su aparición. Más que decir que la medicina ha avanzado quizás sería más acertado pensar que la medicina y las enfermedades están cambiando.

Cuando un ninja cambia su apariencia externa, las vestiduras, la forma de caminar, su aspecto físico, etc… no podemos decir que se esté produciendo un desarrollo en su interior, ni en ninguna otra parte de su ser, pero sin embargo sí se puede apreciar una metamorfosis, algo que ha ido cambiando hasta producirse un hecho que nos hace sentir dicho efecto como un arte del disfraz. Aquellas personas apegadas unicamente a la idea del constante desarrollo, finalmente se ven tratadas como si fueran modelos de pasarela, que en determinado momento son olvidadas y nadie se acuerda más de ellas. Para vivir no es necesario avanzar pero sí cambiar, gracias a esta mutación, a esta adaptación las ideas nuevas nacen espontaneamente.

Se dice que cierto historiador famoso encontró su vocación despues de leer algunas obras de Tucídides1 y comprobar que la visión política que este historiador griego tenía sobre el hombre de  su  tiempo,  era  perfectamente  aplicable  al  hombre actual. Atendiendo a este dato, no podemos afirmar que el hombre de hoy haya avanzado sino que por el contrario, a lo largo de la historia, los mismos hechos se repiten una y otra vez sin que el hombre lo tenga en cuenta.

Adoptemos en el Budo una misma posición, kamae, al no moverse mucha gente se atrevería a decir que no hay movimiento, sino una inamovilidad total. No obstante, a lo largo de muchos años de práctica, en este movimiento en apariencia estatuario, existen infinidad de pequeños cambios y rectificaciones2 que a simple vista no se aprecian, pero han hecho que esta posición final, sea el cúmulo de imnumerables mutaciones que incoscientemente hemos ido tomando de la experiencia hasta llegar a esa postura.

Tomemos como ejemplo al famoso inspector Sherlock Holmes creado por Conan Doyle. En una de sus aventuras uno de los personajes le pregunta la razón de sus éxitos, cómo es capaz de hallar al culpable en tan poco tiempo; el inspector sonrie mientras sigue fumando en su pipa y le contesta:

»No es ningún misterio amigo mío. Desde hace tiempo suelo consultar la Historia y los cambios que se suceden en los diversos delitos a través del tiempo. Los hechos delictivos son algo que los hombres repiten continuamente a lo largo de su vida añadiendo sólo pequeños cambios.»

Sin duda alguna, esta declaración del famoso personaje de Conan Doyle se puede comparar con el famoso dicho japonés

«Onkochisin»

 

 

  • Nota del traductor: Se trata de un proverbio ( mencionado en por el autor, «yatara ni susumeba otoshiana ga aru») que viene a resumir la insensatez de avanzar (susumeba) hacia lo desconocido (yatara) donde nos espera un agujero o trampa en la cual nuestra ignorancia nos hará caer (otoshiana ga aru).
  • Nota del traductor: De nuevo un refrán con el cual el autor compendia la enseñanza de que tras el conocimiento de los hechos pasados «Onko», se puede llegar al entendimiento «chisin» (de los hechos actuales).
  • 1. T. Tucídides, historiador griego nacido aproximadamente en el año 455 antes de Cristo. Autor de una única obra, La Historia de la Guerra del Peloponeso, dividida en ocho libros donde resume los hechos desde diferentes puntos de vista según las diversas corrientes de pensamiento renovadoras de su época.

 

 

 

También el autor de «Cirano De Bergerac», intenta demostrar a través de sus personajes, lo acertado de la teoría heliocéntrica, un ciclo perfecto y continuo, algo que sin duda, forma parte del espíritu de este dicho tan popular en Japón.

En la actualidad, la gente joven tiene tendencia a avanzar en sus proyectos sólo cuando ven claro el paso siguiente, !No lo hagas, es peligroso! Parece que alguien les dijera constatemente. Son como un automóvil que no pudiera circular por una carretera sin señalizar, cuando precisamente lo más normal en la vida del ser humano es no tener ninguna señal clara que nos advierta de lo que hay más adelante. Algo parecido ocurre cuando a estos jovenes les llega el momento de pasar de la escuela al instituto y de ahí a la universidad. En ocasiones se prefiere un puesto de trabajo a seguir avanzando en sus estudios, o por el contrario después de un tiempo cambian, dejan su puesto de trabajo y modifican la situación volviendo a estudiar o incluso los hay que se sienten capaces de hacer al mismo tiempo ambas cosas: trabajar y estudiar. Esta es la esencia del cambio de una situación nace otra distinta y de nuevo otra y así los cambios se ven multiplicados una y otra vez.

A lo largo del año, durante las cuatro estaciones los animales van cambiando, como también lo hace el hombre, para seguir viviendo, o mantener vivos sus deseos e ilusiones, aguantando las reglas que le son impuestas hasta que consigue dominarlas. Se dice que una de las razones que hacen de Japón uno de los paises más hermosos es el hecho de tener cuatro estaciones bien diferenciadas donde el paso de una estación a otra permite observar el cambio de la vida. La misma reina Isabel de Inglaterra, amante de la naturaleza, acostumbra a decir una frase que viene a ser «Las innumerables mutaciones de la naturaleza son una de las bellezas de un país»

Personalmente creo que en este pequeño cambio, esa mutación casi invisible, para el amante de las artes marciales es un paso de gigante que nos abre otras expectativas. El hombre avanza como si se hallara navegando sobre un mar cubierto de minas, su preocupación o necesidad por evitarlas es lo que le obliga a moverse, realizar todos estos cambios hace de esta mutación algo realmente importante.

El hombre inhala oxigeno y exhala anhidrido carbónico, las plantas, al contrario que los humanos, inhalan anhidrido carbónico y exhalan oxigeno para vivir. En ambos casos la correcta circulación «sanguínea» es vital para conservar la vida. Como también es totalmente necesaria la relación de rivalidad, entre los nervios autónomos y los nervios parasímpaticos para poder mantener el estado de salud. De este modo, mitad bien mitad mal, se forma la quinta-esencia del pensamiento del budoka. Teniendo en cuenta estos valores a los que podríamos añadir los conceptos de justicia e iniquidad al mismo tiempo, sería bueno e incluso necesario preguntarnos, si es o no correcta nuestra actitud, nuestra forma de ver la vida. Incluso si decidieramos definirnos según nuestra propia concepción de la vida, los habría que marcarían tanta difencia como un círculo y un cuadrado.

Esta diferencia abismal se refleja en las quejas de algunos de mis maestros quienes dicen que los actuales budokas no saben hacer correctamente algunos de los más básicos movimientos como los sabaki-kata o moguri-kata.

 

(El ninja modero por el Masaaki Hatsumi publicado por  seigan ediciones)

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