EL NINJA Y LA SALUD

EL NINJA Y LA SALUD

Hatsumi Sensei en su libro «el ninja moderno» escribió hace más de 25 años algunas anotaciones simples sobre la importancia que para el ninja tenía mantener la salud y como con sus conocimientos era requerido para poder ayudar en ciertas enfermedades y dolencias en los pueblos que residían o en los que se encontraba de misión. Tenían conocimientos del cuerpo, de su funcionamiento. Prestaban atencióna a la alimentación, conocían las hierbas medicinales y técnicas de masaje que no dudaban en aplicar en personas que las necesitaban. El texto que adjunto ahora proviene del libro citado, por lo cual aconsejo que se lea y vea los dibujos en dicha obra con más detenimiento.

Que disfruten,

Pedro

P.D: recuerden son ideas y conocimientos que provienen de enseñanzar orales y escritas de más de 2000 años.

 

REVELAR EL MAYOR SECRETO

El primer punto importante para mantener un cuerpo sano
es tener sanas la espalda y las piernas. Para ello, los ninjas
practicaban de un modo continuo un método de defensa
conocido entre ellos como «Hichibuku». Se realiza en parejas.
Este método que tiene alguna relación con el hipnotismo y la
respiración, tiene la particularidad de que se puede practicar en
cualquier sitio. Lo que voy a explicar a continuación me lo reveló
el maestro Takamatsu directamente.


En primer lugar, mantener limpio el riego sanguíneo.
Para aquellos que practicaban «Hichibuku», el uso de
medicinas y caulquier utensilio médico era algo prohibido. El
practicante, a través de su propia hipnosis, movía el cuerpo según
lo se lo ordenaba la propia naturaleza, de este modo mejoraba
la circulación del riego sanguíneo y evitaba posibles
enfermedades. Por naturaleza las enfermedades afectan a la
mente y al cuerpo, según el budismo, el hombre tiene 44.000
pecados o penas por la que luchar en vida, una vez que haya
caido en alguna de ellas salvar su cuerpo y mente es casi
imposible. Por ejemplo, cuando un hombre tiene que declararse
a una mujer y no es capaz, el cuerpo reacciona en consecuencia:
Se estimula el sistema nervioso en exceso, la sangre fluye a
borbotones y la circulación no es la adecuada para el organismo.
Cuando los problemas nos ocupan la mayor parte del tiempo,
las preocupaciones nos impiden digerir bien los alimentos,
saborearlos y hacer una buena digestión. El sistema digestivo
no funciona bien y se produce una mayor acidez en el éstomago
que terminará provocando malestar y como consecuencia, nos
desaparece el apetito enseguida.

Para tener una buena circulación de la sangre hay que
mantener una mente y un cuerpo sanos desde el principio. Para
ello, de un modo progresivo, hay que ir despojando al organismo
de todos aquellos alimentos y hábitos que de uno u otro modo
ensucien el «riego sanguíneo» del cuerpo y la mente. Cuando el
sistema circulatorio no fluye con regularidad se produce cierta
debilidad en sus venas y arterias, de este modo, si el flujo
sanguíneo se frena se originan serias enfermedades. Cuando el
daño se produce en el cerebro los resultados pueden ser
catastróficos, desde trastornos mentales hasta una apoplejia,
llegados a este punto hay riesgo de sufrir una parálisis corporal
y perder el uso de las extremidades. Cuando el sistema digestivo
no trabaja bien, ese malestar se transmite a otras partes del
organismo. El estómago reacciona en consecuencia, los
intestinos también se sienten afectados, entonces los síntomas
más inmediatos son la aparición de un fuerte extreñimiento, o
en algunos casos descomposición del vientre. Se puede pensar
que el hígado y el páncreas también se pueden ver afectados, en
este caso, el malestar se extiende por todo el cuerpo. Para limpiar
la circulación sanguínea existen medicinas e inyecciones que
ayudan desde el momento en que se hace uso de ellas, pero
para la causa que crea la obturación del flujo sanguineo puede
ser demasiado tarde. Llegados a esta situación lo único
recomendable parece ser operar, pero estamos de acuerdo en
que «abrir» a un hombre con un bisturí tampoco paracer ser lo
que la Naturaleza nos aconseja. Por otra parte, el método
«Hichibuku» que practicaban los ninjas se basaba en los dictados
de la Naturaleza y los buenos sentimientos del hombre hacia
sus semejantes.


Despacio y en silencio
Para realizar con éxito el método anteriormente citado,
voy a dar unas indicaciones que aconsejo especialmente cuando
se aplica a personas mayores. De cualquier modo, es necesario
realizarlo sin movimientos violentos ni emplear demasiada
fuerza. En todo momento quien dirige la operación debe
adaptarse a las necesidades del cuerpo que se le ofrece.

1. El masajista se desinfecta las manos.
2. El paciente relaja su cuerpo y se deja hacer sin
interferencias.
3. El masajista empieza a realizar su trabajo con
movimientos suaves, el tiempo total aconsejable suele ser de
diez a quince minutos.
4. El masajista aumentará la presión en sólo aquellos
puntos que el cuerpo del paciente se lo insinúe. (según su
reacción al dolor, posición de los músculos,etc.)
5. Según el tipo de paciente el tratamiento varía, no es lo
mismo tratar a una persona enferma crónica que a alquien que
está enfermo momentáneamente. La presión y el tiempo de
duración dependen del paciente.

6. Con el fin de calmar al paciente se le realizarán
ejercicios en los dedos, abriendo y cerrándolos ritmicamente.
7. El masajista debe estar relajado y no dejarse llevar por
otros pensamientos ajenos al tratamiento.
8. Antes de realizar el tratamiento, el masajista debe
reconocer la columna vertebral del paciente, saber si ha sufrido
operaciones, qué enfermedades ha sufrido y proceder con la
máxima cautela en aquellos puntos donde el dolor repercuta.
9. En caso de que el paciente tenga algo de fiebre
suspender el tratamiento y prestar especial atención a la comida.
10. El masajista realizará presión en los diversos puntos
de la parte inferior del cuerpo, al mismo tiempo, el paciente irá
contando en voz baja siguiendo las indicaciones del masajista.
La correcta realización de este punto ayuda a relajar e incluso a
dormir al paciente.
11. A aquellas personas que nunca han recibido un masaje,
es recomendable tratarlas con especial cuidado. Es necesario
sentirse identificado con las reacciones del cuerpo del paciente.
En todo momento el masaje debe ser agradable, sin obligarle a
aguantar el dolor. Cuando se identifique la parte enferma se
procederá con cuidado, en ese punto el flujo sanguíneo no es
normal, pero afecta a todo el organismo, por esta razón, el masaje
debe realizarse en todo el cuerpo. Para ello se aplicará el
tratamiento con el dedo gordo, con tres dedos o el canto de la
mano, según la situación lo requiera. Cuando el dolor de
hombros y de cabeza se ha producido por cansancio, se
recomienda aplicar el masaje sólo en esos puntos determinados.
Medula espinal. Todas las enfermedades suelen tener
relación con las irregularidades que sufra la medula espinal.
Para compensar esos desajustes en la columna es recomendable
proceder con cuidado y golpear de cien a ciento cincuenta veces
suavemente, hasta colocar correctamente las vértebras que
producen el dolor. Especialmente es recomendable tratar las
vértebras lumbares más inferiores con el dedo gordo, incluso,
golpearlas suavemente con el canto de la mano ayuda a mejorar
los posibles problemas de circulación.

Cuando existen problemas de estómago, por lo general, las vértebras
dorsales 5 ~ 11 suelen destacar por debajo de la piel,
sobresalen como pequeñas judias en la columna vertebral. En
este caso es recomendable golpear con el canto de la mano,
ligeramente y masajear con el dedo gordo los músculos adyacentes
a lo largo de toda la columna. El paciente debe estar
tumbado boca abajo en una posición cómoda, con los brazos
extendidos y sobre una superficie agradable pero rígida, un colchón
en el suelo, una camilla, etc. El masajista debe situarse
encima del paciente, sin sentarse, con las rodillas a ambos lados
del paciente. Durante un minuto aproximadamente le presionará
los músculos del cuello con el dedo gordo, haciendo
movimientos giratorios y con cuidado de no clavar las uñas. A
continuación, el masajista presionará sobre los músculos de los
hombros del paciente, con los tres dedos (índice, corazón, anular)
hará movimientos giratorios y tirará del hombro hacía atrás
diez veces. Después de este primer paso, el masajista buscará
el punto donde se halla la base del cuello en el paciente. Sobre
ese punto se presionará ligeramente con el dedo gordo realizando
movimiento giratorios sobre él. Finalmente se levantarán
los brazos del paciente del suelo tirando de ellos hacia atrás
ligeramente.

El siguiente punto a tratar es el cuello, para ello
nos colocaremos encima del paciente pero sin apoyarnos en él.
Se tumba al paciente sobre una superficie cómoda pero rígida.
Su barbilla debe estar pegada al suelo, en línea recta con la
columna vertebral. El brazo izquierdo lo colocará a la altura de
la cabeza y el derecho lo dejará pegado al cuerpo. (Véase dibujo
en la página siguiente) Con la mano izquierda el masajista
sujetará la cabeza, con la derecha el hombro izquierdo.
Acompasará su respiración a la del paciente y en un solo momento
de expiración realizará un movimiento de estiramiento
con ambas manos a la vez. Los huesos del cuello sonarán ligeramente
dándonos por entendido que la columna se ha colocado
correctamente. Después repetir la operación en el otro hombro.

Este método es especialmente eficaz contra los dolores de
hombro producidos por cansancio muscular.

Tal y como se indica en el dibujo, el masajista se colocará
tras el paciente sin apoyarse en él. Con el dedo gordo presionará
fuertemente sobre ambos lados de la columna vertebral. Especialmente
sobre las vértebras dorsales cinco y seis. Con el
canto de la mano, de ambas manos, golpeará unas cien veces en
los músculos que se extienden a lo largo de la columna. Finalizada
esta parte, colocará ambas manos sobre el centro de la
columna y dejando caer su peso presionará unas diez veces.

A continuación se colocará el brazo izquierdo del paciente
sobre su propia espalda, con cuidado de no forzar el movimiento,
(la palma de la mano quedará hacia fuera). Con el dedo gordo
se ejercerá presión en los músculos del hombro hasta recorrer
todo el brazo, repetir de cinco o seis veces. Luego el otro
brazo. Después, el paciente colocará su rodilla izquierda doblada,
como una rana que fuera a saltar. El masajista colocará también
su rodilla izquierda sujetando la pierna del paciente. Con
la pierna derecha apretará ligeramente de diez a doce veces sobre
la parte posterior del muslo derecho. Repetir la operación
en la otra pierna.
El paciente sigue tumbado boca abajo. El masajista se
coloca sentado de rodillas a su lado derecho y con la muñeca
izquierda presionará desde la base del muslo en los glúteos hasta
el tobillo. Repetir unas diez veces en ambas piernas.

El masajista colocará una pierna del paciente sobre la otra.
Moverá en primer lugar el tobillo y luego todos los dedos en
sentido circular. Repetir en la otra pierna. Acto seguido, con
los tobillos juntos el masajista llevará ambas piernas del paciente
con cuidado hasta que los dedos toquen los glúteos. Repetir
tres veces aumentando la presión. A continuación, como
en el movimiento anterior, el masajista levantará tres veces la
pierna derecha del paciente con su mano izquierda al tiempo
que presiona sobre la cadera. Repetir en la pierna izquierda.

El paciente está tumbado sobre el costado. Con la mano
derecha se sujeta su hombro derecho y con la mano izquierda
se sujeta su cadera desde atrás. En un solo movimiento, cuando
el paciente expul sa el aire, ambas manos del masajista
realizan un movimiento rápido y preciso. La mano derecha hacia
delante, empuja el hombro y la izquierda tira de la cadera
del paciente hacia dentro.
* Modo de colocar los huesos de la cadera

Para tratar el aparato digestivo el paciente se encuentra
boca arriba. El masajista se arrodilla a su derecha. Con la mano
izquierda presiona ligeramente en la parte derecha de sus costillas.
Algo más abajo se encuentra el hígado donde se presionará
ligeramente con la punta de los dedos unas treinta veces pero,
manteniendo la presión algo más de tiempo. Se realizará la
misma operación en el lado contrario con especial atención a
las vísceras. Después se presionará ligeramente con los tres
dedos de arriba a abajo desde el estómago hasta el ombligo. Si
en ese recorrido el paciente se queja, presionar ligeramente el
punto de dolor hasta que éste desaparezca porque ahí se encuentra
el origen de la enfermedad. Si el punto de dolor se encuentra
en los alrededores del ombligo, la enfermedad afecta a
la vísceras del paciente. En esa misma postura, el paciente dobla
sus rodillas sin llegar a tocarse el pecho. El masajista presionará
ligeramente con ambas manos los contornos intestinales
unas treinta veces. A continuación el paciente estirará las
piernas.

El masajista levantará la cadera del paciente metiendo
sus piernas debajo de él. En esta posición, presionará unas treinta
veces la parte que comprende desde el ombligo hasta la boca
del estómago. Repetir la presión el mismo número de veces en
el bajo vientre.

Para tratar problemas en la presión arterial, dolores de
cadera e incluso dolores nerviosos recomiendo lo siguiente. El
paciente en el suelo se sujeta las rodillas abrazándoselas pegadas
al pecho. Desde esa posición con el peso de su propio cuerpo,
el masajista empujará las rodillas del paciente tres veces. A
continuación el masajista se colocará encima del paciente y sujetándolo
por la cadera, lo levantará tres veces del suelo. Cada
vez que lo deposite en el suelo debe hacerlo suavemente. El
siguiente paso consiste en que el paciente se siente en el suelo.

Desde esta posición con las piernas extendidas deberá tocarse
la punta de los pies con ambas manos. Desde atrás, el masajista
sujetará la parte del estómago del paciente y le dejará caer su
propio peso sobre la espalda unas cinco veces. En la misma
posición, el masajista colocará sus manos sobre las piernas del
paciente y le hará repetir el mismo ejercicio tres veces más.
Acto seguido, el paciente se sentará de rodillas ofreciendo sus
manos por encima de la cabeza. El masajista tirará suavemente
de sus brazos obligando al paciente a tumbarse de espaldas con
las rodillas flexionadas dos veces. Una vez incorporado, el paciente
se colocará las manos en la nuca con los brazos abiertos.
El masajista pasará sus brazos debajo de las axilas del paciente
y con sus manos tras la nuca del paciente, empujará ligeramente
hacia delante.

En esa misma posición de «seiza» el paciente extenderá
despacio sus brazos hacia atras, arriba y a ambos lados diez
veces. En el siguiente paso, el paciente tiene su brazo derecho
extendido hacia atrás. El masajista introducirá su brazo derecho
por debajo de la axila derecha para sujetar el hombro del
paciente. Con la mano izquierda, el masajista empujará la base
de las cervicales al tiempo que tira del hombro derecho. Repetir
la misma operación en el lado contrario otras tres veces. Acto
seguido, por la espalda del paciente se le cogen los brazos por
ambas muñecas y tras subirlos hasta los hombros se dejan caer
por su propio peso. Si después de estos ejercicios el paciente
todavía tiene hinchada alguna parte de su columna vertebral,
aconsejo untarla con clara de huevo y tomar algún preparado
vitamínico a base de verduras.